Qué signos nos deben alarmar para llevar a nuestros loros al veterinario

Un agapornis posado en la percha de su jaula.
Un agapornis posado en la percha de su jaula.
GTRESONLINE
Un agapornis posado en la percha de su jaula.

Los animales exóticos, por regla general, son los grandes reyes del camuflaje en cuanto a esconder síntomas de enfermedades o patologías se refiere. Para detectar si nuestro hurón, cobaya o gecko está enfermo, no solo tendremos que conocerles muy bien, si no que también tendremos que estar familiarizados con los posibles síntomas de malestar. Así también ocurre con nuestros loros.

Identificar cualquier síntoma anormal en nuestros loros puede convertirse en una tarea difícil ya que, como animales de presa que son, tienden a esconder cualquier signo de malestar para "evitar ser devorados" por otros animales, un comportamiento también presente cuando los mantenemos en cautividad.

"La gente con poca experiencia en psitácidas tiende, o bien a sobredimensionar lo que les pasa, o todo lo contrario, busca excusas para no llevarle al veterinario", expresa Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas que viven en condiciones de cautividad. "Además, en muchos casos, nos damos cuenta de que les pasa algo cuando ya es demasiado tarde".

No obstante, Valls asegura que hay una serie de signos que nos pueden indicar que algo no va bien, especialmente si se dan varias a la vez, lo que debe ser un gran indicador de que a nuestro loro le ocurre algo, "aunque no sepamos establecer el qué, debido a que los síntomas suelen ser los mismos para diferentes problemas de salud", apunta.

Cambios físicos y comportamentales, la primera señal

Si convivimos con un loro en el hogar, en general, siempre tenemos que estar pendientes de cualquier cambio que se produzca, tanto físico, como en su comportamiento habitual o su condición corporal (su pero, por ejemplo). "Aunque a veces los cambios pueden ser normales (por la modificación del entorno, por ejemplo) en otras ocasiones pueden deberse a algún tipo de dolencia o enfermedad", afirma Valls.

"Es por esto que siempre debemos estar atentos a cambios y usar el sentido común para ver a qué se pueden deber, ya que, si por ejemplo cambiamos la alimentación de nuestros loros y éste empieza a hacer cacas diferentes, es muy probable que el cambio se deba a la nueva dieta, por ejemplo", añade.

Un signo de que algo puede estar yendo mal lo podemos encontrar en su aspecto físico, como por ejemplo, un plumaje en peor condición, con calvas. "A lo mejor, en cuestión de una o dos semanas el animal empieza a mordisquearse las plumas (picaje), lo cual puede ser signo de enfermedad", expresa el experto en psitácidas. 

"También puede serlo que las plumas estén más oscurecidas o que pierdan brillo, porque, incluso cuando despluman y tienen aspecto desaliñado, nunca se producen estos cambios de tonalidad o calvas y, sobre todo, es algo que no cambia de un día para otro", añade.

Siempre debemos estar atentos a cambios y usar el sentido común para ver a qué se pueden deber

En cuando a la postura, también nos puede dar información sobre el estado de nuestro loro si, por ejemplo, vemos que pasan mucho tiempo hechos una bola, lo que se conoce como "embolarse". "Cuando un loro se encuentra mal coge esta postura, como con los hombros hacia arriba, quedando en una forma más redondita, con los ojos más cerrados y suele dormitar más tiempo", detalla Valls.

Otro ejemplo de como la postura nos puede indicar que algo va mal es si nos encontramos con que, además de embolarse, se encorvan o apoyan el abdomen sobre la percha o el suelo, como dejándose caer un poco. "Esto suele ser un signo de que el animal tiene cierto malestar, aunque se puede confundir con la postura que adoptan cuando tienen mucho calor, por lo que debemos conocer el contexto para saber si es motivo de acudir al veterinario o no", detalla el cofundador de Avetropic.

"Es lo mismo que ocurre cuando respiran con el pico abierto que puede ser por calor o, en el caso de hacerlo sin sacar la lengua, por que tiene dificultades para respirar", añade. "En este caso, se les mueve mucho el peco y también solemos ver que la cola se balancea hacia arriba y hacia abajo".

En cuanto a comportamiento, si nuestro loro muestra una falta de interés por el entorno, como puede ser una reacción nula o mucho más tardía frente a cualquier estímulo, puede estar relacionado con que "el animal esté más pendiente de peligros que le vienen de dentro, más que los de fuera". "Esto, acompañado con otros síntomas, debería hacernos pensar que algo no va bien, aunque no tenga por qué ser algo grave, pero debe ser, sin duda, un signo de alerta para nosotros", asegura.

Otro síntoma que debe alertarnos sobre la salud de nuestros loros es la pérdida de equilibrio, un signo mucho más evidente y obvio para cualquier tutor. "Si el animal se vuelve tembloroso o no camina o vuela bien, suele ser algo malo", afirma Valls. "También si se produce un lagrimeo en los ojos o mucosas, no debemos pensar que solo es un resfriado, porque pueden ser síntomas de enfermedades mucho más graves".

Los cambios en la consistencia y color de las heces, como hemos explicado anteriormente, aunque pueden darse por los cambios en la dieta, también pueden ser un síntoma de enfermedad, especialmente si no hemos propiciado este cambio. 

"Otros síntomas más evidentes de enfermedad o dolencia son los vómitos (no regurgitar, que eso es normal), o el hecho de dejar de percharse y pasar más tiempo en el suelo, tumbado o recostado, o en una esquinita de la jaula. Todo esto suele ser por algo malo y debemos acudir al veterinario", concluye Valls.

Inés López
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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